Cada vez son más los negocios de hostelería que apuestan decididamente por la cocina de quinta gama, ya sea parcial o totalmente. Un gran número de hoteles, bares, cafeterías, restaurantes y empresas de catering han encontrado en este método de presentación de sus platos la mejor forma de optimizar sus negocios, reduciendo gastos innecesarios sin renunciar en ningún caso a la calidad de los productos.
Los alimentos de quinta gama son igual de válidos para el menú de una casa de comidas como para su carta. Por supuesto, en eventos especiales como bodas, bautizos, comuniones o recepciones, la cocina de quinta gama se ha convertido en la modalidad preferida por muchos profesionales de la hostelería.
Existen alimentos de primera, segunda, tercera, cuarta y quinta gama, o, lo que es lo mismo, alimentos frescos, en conserva, congelados, envasados al vacío o en atmósferas controladas y, por último, cocinados, envasados y listos para consumir. Es en este último grupo en el que se engloban los productos de quinta gama, cuyas ventajas (y algún inconveniente) vamos a mostrarte a continuación.
Ventajas de los alimentos de quinta gama
El creciente éxito de los alimentos de quinta gama en el mundo de la restauración no se debe a ninguna moda pasajera, sino a las muchas ventajas que ofrecen a los profesionales de este sector. Veamos algunas de las más importantes.
Reducción de costes
Apostar por los alimentos de quinta gama suponen una drástica reducción de gastos en diferentes ámbitos de un restaurante, tanto a nivel de mano de obra como de gestión. Es evidente que contar con un proveedor de platos listos para consumir reduce la necesidad de mano de obra en la cocina y que tener centralizadas las compras evita tener que abandonar las labores productivas del negocio para reunirse con los diferentes distribuidores.
Pero no solo se reducen gastos en estos aspectos. Las perdidas de productos durante la preparación y presentación de los platos, las mermas, se reducen a cero, lo que supone un incalculable ahorro diario en el funcionamiento de un negocio de restauración.
Mayor rapidez de servicio
A corto, medio o largo plazo, un servicio lento termina pasando factura en la rentabilidad de un negocio de hostelería. Vivimos tiempos vertiginosos donde el tiempo es oro y los clientes no están dispuestos a esperar más de lo imprescindible. Y casi siempre el “atasco” se produce en la cocina cuando llegan decenas de comandas a la vez en hora punta y el entorno de los fogones empieza a parecerse a un zafarrancho de combate.
Los alimentos de quinta gama son la mejor solución para evitar estas situaciones, ya que el cocinero solo debe abrir el producto, regenerarlo al fuego, al baño maría, en el microondas o en el horno para, finalmente, darle su propio toque personal.
Menor riesgo de inseguridad alimentaria
Una mala manipulación es, muchas veces, la principal causa de contaminación de los alimentos. Un episodio de intoxicación de la clientela puede llegar a suponer el fin de cualquier negocio de hostelería. Los alimentos de quinta gama reducen al mínimo la manipulación, la posibilidad de una contaminación cruzada y, por tanto, de intoxicación por alimentos en mal estado.
Mayor variedad y duración de los alimentos
Cualquier restaurador que quiera disponer de una carta amplia y variada debe contar con un gran almacén, una espaciosa cocina y mucho personal en la cocina. Sin embargo, al apostar por los alimentos de quinta gama nada de esto es necesario.
Además, la fecha de caducidad de estos productos es muy superior al de los alimentos frescos, por lo que pueden ser almacenados sin problemas hasta que se conviertan en ventas.
Inconvenientes de los alimentos de quinta gama
Los alimentos de quinta gama conservan intactas sus propiedades organolépticas y su valor nutricional, además de suponer un ahorro para los restauradores y la posibilidad de ofrecer un servicio más rápido y eficiente.
Visto así, es complicado encontrar desventajas en el uso de esta gama de alimentos en el canal HORECA. Sin embargo, existen quejas entre algunos clientes. Y no por la calidad del producto, sino por la forma en que se venden estos alimentos en algunos locales de comida.
El principal problema que se plantea es que algunos restauradores ofrecen comida de quinta gama sin avisar a su clientela de que se trata de este tipo de platos, por lo que algunos se sienten engañados.
Nuestro consejo es que nunca se oculte al cliente el origen de los platos o menús que están consumiendo. No hay de qué preocuparse, si se ofrece la máxima calidad, como ocurre con los productos de Miplato, la clientela quedará tan satisfecha que volverá para repetir. Nuestros años de experiencia confirman absolutamente esta idea.
No es casual que cada vez sea mayor el número de restaurantes y demás negocios de hostelería que apuestan por los alimentos de quinta gama. La conjunción de alta calidad, reducción de costes y eficiencia en el servicio es la mejor para llevar a buen puerto cualquier negocio hostelero. Y, recuerda, siempre con la verdad por delante ante los clientes. Serán los primeros en enamorarse de esta gama de alimentos.
Fundador de Bodegas Mezquita, Miplato.es, Método Gas y CongresosDigitales.com. Mentor en la EOI y Andalucía OpenFuture.